La importancia del frijol en México
Historia del Frijol
Al frijol, los nahuatls llamaban etl o etle y era la base de su alimentación. Al llegar los españoles se estableció como frisol, que proviene del catalán fesol, y éste del latín phaseolus, que hacía referencia al conjunto de plantas proveedoras de alimento en forma de leguminosa. Fabas, habas, habichuelas, porotos, caraotas, judías o alubias. La especie fue llevada a España en 1522 por los conquistadores, desde donde su consumó se extendió al resto de Europa.
El frijol era cultivado en Mesoamérica hace ya 9 mil años y fue una de las principales especies que se integró a la dieta básica de las culturas indígenas que habitaban nuestro país; actualmente se conocen más de 150 variedades de frijoles, de las cuales solo una tercera parte se encuentran en México; se han clasificado de acuerdo a su color en negros, amarillos, blancos, morados, bayos, pintos y moteados. Se cultivan principalmente cuatro especies: frijol común, comba, ayocote y tepari, de ellas se desprenden diversas variedades, las más consumidas son, peruano, flor de mayo y flor de junio, pinto, garbancillo, manzano, negro San Luis, negro Querétaro; al frijol se le conoce con distintos nombres, según la región: frijol, poroto, alubia, caraota o judía.
Su cultivo:
El frijol es el cultivo de leguminosa más importante en México, se cosecha entre los meses de octubre a febrero, las plantas de frijol son hierbas rastreras y trepadoras de tres hojas. El color de sus flores tiene tonalidades rosas, lilas y violetas. Sus semillas son lo que conocemos como frijol y tiene forma de riñón.
Debido a su altísimo valor nutrimental, el frijol es el tercer cultivo de leguminosas más importante en el mundo, después del cacahuate y la soya. México ocupa el 4to lugar en producción de frijol a nivel mundial.
Valor nutricional:
El frijol es una leguminosa que constituye una rica fuente de proteínas e hidratos de carbono, además es abundante en vitaminas del complejo B, como niacina, riboflavina, ácido fólico y tiamina; también proporciona hierro, cobre, zinc, fósforo, potasio, magnesio y calcio, y presenta un alto contenido de fibra.
Por cada 100 gramos, hay 20 de proteínas, 5.8 de grasa y más de 3 de fibra.
Su alto contenido de hierro, elemento vital para el buen desarrollo cerebral en los pequeños, ayuda a corregir desórdenes biliares, gota, enfermedades reumáticas, disminuye la tasa de colesterol y es eficaz contra la anemia.
En la gastronomía:
Los frijoles han formado parte importante de la dieta de los mexicanos y de su economía desde tiempos prehispánicos, por lo que forman parte de la cultura gastronómica de México; forman parte de más del 60% de los platillos de la gastronomía mexicana y es aquí en nuestro país donde tiene más usos culinarios, pero también está presente en los platillos europeos, africanos y asiáticos.
El frijol representa el 36% de la ingesta de proteína de los mexicanos, ocupa el segundo lugar en importancia después del maíz.
El frijol se ha mezclado con prácticamente todos los ingredientes principales de nuestra cocina: epazote, cebolla, cilantro, queso, pápalo, jitomate, carne de puerco, leche y otros y se consumen cocidos pero de distintas forma, como en sopa, en crema, en dulce, en frijoles charros, en refritos para acompañar unos huevos o bien de la olla para una carnita asada. Están presentes prácticamente en todas las casas del país, acompañando todos los guisados.
Si sientes que te inflaman mucho, déjalos remojando por una noche, tira esa agua antes de guisarlos y verás lo bien que te caen.
El frijol es un pilar para la economía del país y un elemento crucial en la alimentación de todos los mexicanos.